domingo, 20 de enero de 2008

La policía camboyana impide un acto de Mia Farrow.

La policía camboyana impidió el domingo que la actriz de Hollywood Mia Farrow y otros activistas dejaran flores en un museo, dentro de una campaña para acabar con las atrocidades en la región sudanesa de Darfur.
Unos 100 agentes de policías equipados con porras cortaron el paso a Farrow, que lidera el grupo de presión Dream for Darfur, y a los demás activistas, para que no accedieran al complejo de Tuol Sleng, el instituto de Phnom Penh que se convirtió en el centro principal de tortura de Pol Pot.
"Darfur no tiene nada que ver con Camboya. Vayan a protestar en Darfur", dijo a los periodistas Touch Naruth, jefe de policía de de Phnom Penh, después del breve encontronazo, que terminó sin incidentes.
El grupo, que planeaba encender una antorcha simbólica en el complejo, ha celebrado eventos similares en Chad, Ruanda, Myanmar, Alemania y Bosnia, en su campaña para convencer a China de que presione a Jartum para terminar con la violencia en Darfur.
Pekín acogerá los Juegos Olímpicos de 2008, y varios grupos de defensa de derechos humanos han puesto su vista en China con la esperanza de que aprovechando que está en el centro de todas las miradas, puedan influir en la política exterior china.
China, un gran inversor de la industria petrolera de Sudán, ha sido acusada de violar leyes internacionales y alentar el baño de sangre al vender armas a Sudán, que podrían haber acabado en Darfur.
Los expertos internacionales calculan que unas 200.000 personas han muerto y otros 2,5 millones más se han visto desplazadas de sus hogares en los años de lucha. Las autoridades sudanesas estiman la cifra de muertos en 9.000, y dicen que los países occidentales han exagerado el conflicto.
Farrow indicó antes en una entrevista que Phnom Penh estaba poniendo los intereses de Pekín, uno de sus principales donantes, por delante de la memoria de los aproximadamente 1,7 millones de víctimas del reinado de terror de Pol Pot, entre 1975 y 1979.
"Hemos venido aquí con el más profundo respeto", dijo Farrow a Reuters, con lágrimas en los ojos. "Estoy triste porque creo que es algo bueno hacer".
El portavoz del Gobierno camboyano Jieu Janarith advirtió de que el grupo de Farrow se enfrentaba a "consecuencias", incluyendo una posible deportación, si insistían en proseguir con sus planes.
"Lo que estarían haciendo en Tuol Sleng no es conmemorar a las víctimas de los Jemeres Rojos, sino utilizar a los muerto de los Jemeres para presionar a China. Esto es un insulto al pueblo camboyano".
Fuente: REUTERS

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